Teniendo en cuenta que en todo el ámbito de la península de Barbanza abundan los restos arqueológicos prehistóricos, es de suponer que el espacio que hoy ocupa el municipio de Porto do Son estuvo, como el resto de la península, densamente poblado en épocas anteriores al comienzo de la Historia.

Si el dolmen de Axeitos se levanta próximo al límite sur de nuestro término municipal, dentro de éste han sido catalogados varios grupos de mámoas en la parroquia de Baroña, en Caamaño se han encontrado Iascas del período clactoniense, y en la cueva del Fonforrón, útiles paleolíticos que demuestran la presencia del hombre desde tiempos remotos.
En el capítulo de los castros, además de algunos en gran parte desaparecidos como el de Enxa, posee Porto do Son uno de los más espectaculares de Galicia, el de Baroña, de carácter peninsular, que fue romanizado. De la época romana tenemos noticia de una mansión en Portosín, cuyos mosaicos fueron estudiados por los arqueólogos. También han sido halladas aras y lápidas funerarias. Hay documentos del siglo XVI en los que figura Porto do Son como concejo dependiente de la villa de Noia, de la que no debió independizarse hasta el año 1812, cuando fue elegido como juez el vecino de Baroña Xoán Maneiro.