Además de las playas y arenales antes citados, el término municipal de Porto do Son ofrece un gran interés paisajístico tanto costero como interior. La carretera de Ribasieira, que arranca a la salida de la villa, además de brindarnos un recorrido muy pintoresco, con magníficas vistas panorámicas, puede ser punto de partida para caminatas por la sierra de Barbanza.

También se puede subir a la cumbre del monte Enxa para contemplar toda la ría de un sólo golpe de vista. Desde el punto de vista monumental encontramos en casi todas las parroquias magníficos templos barrocos y neociásicos, pintorescas ermitas y varios cruceiros con hornacinas, típicos de este municipio. El único pazo que se conserva es el de Nebra. En Portosín hay un club náutico y un puerto deportivo.