Siguiendo un poco más adelante, y salvada la canalización del Sar y la vía del tren, está la casa de A Matanza.
En ella suspiró por última vez Rosalía de Castro, y ha sido convertida en museo de la poetisa. En los cuatro idiomas estatales (castellano, gallego, vasco y catalán) se advierte el horario de visitas (de 10:00 a 13:30 h., y de cuatro a ocho en verano; y de nueve y media a una y media, y de cuatro a siete en invierno).
Dentro, multitud de objetos que recuerdan a la emblemática escritora, distribuidos por todas las habitaciones; algunas de éstas se hallan tal y como estaban en el siglo XIX, impecables y convertidas en material didáctico para todo gallego que quiera saber algo más de su propio pasado.

En ella destacan el dormitorio y el despacho, con la biblioteca, y es posible adquirir libros y objetos de recuerdo del paso por la casa de A Matanza.
Allí también hay un momento en el que cambia el carácter de la villa de Padrón y ennoblece algo que con el tiempo se ha convertido en uno de los actos más entrañables de Galicia: la entrega del Pedrón de Ouro, premio que un patronato independiente y del mismo nombre que el galardón concede desde hace décadas a la persona o personas que se han destacado o a lo largo de su vida en la defensa de la cultura autóctona gallega.
Se entrega el domingo siguiente al Día de las Letras Galegas.