El topónimo de Laxe es uno de los más frecuentes en Galicia y procede de un tipo de rocas que se suelen exfoliar en piedras planas, anchas y poco gruesas, frecuentes en los lugares que adoptan este topónimo. Estas rocas, así como los fantásticos peñascos, que coronan la mayoría de las alturas de este ayuntamiento, hacer volar la imaginación, y no siempre sin fundamento, hacia los primitivos pobladores de estas tierras.
Para conocer más detalles sobre el Patrimonio Cultural del Ayuntamiento facilitamos una breve descripción de lo más destacado.
Fornela dos Mouros (Aprazadoiro - Nande)

El dolmen Fornela dos Mouros está situada en la parroquia de San Simón de Nande, cerca del lugar de Aprazadoiro. Este dolmen data de entre el 2500 y el 2000 antes de Cristo, presenta planta rectangular y está formado por tres losas verticales y una horizontal como cubierta. Está emparentado, por su forma, con otros dólmenes de la zona como la Casota de Freán en el Ayuntamiento de Vimianzo.
De altura tiene 1,35 metros, por 2,57 de ancho. La piedra de la cubierta mide 2,70 metros.
Los historiadores ponen en duda que esta construcción sea en realidad un dolmen debido a sus reducidas dimensiones y a que se encuentra en un lugar pedregoso y poco propicio para los enterramientos. Argumentan que probablemente estamos delante de una de esas arcas megalíticas de forma cuadrada o rectangular, con cubierta única y de aspecto muy cuidado, que son un preludio de lo que serán las cistas de inhumación individual que aparecerán en Galicia a partir de la edad del Bronce.
Cultura Castreña
Se encontraron restos de la cultura castreña en cuatro recintos, dos de ellos situados en las cumbres del monte Lourido y en la Torre da Moa. Los otros dos recintos se sitúan, uno en el monte del Castro, en Santo Amedio de Sarces, y otro cerca de la aldea de Lourido de Arriba (Serantes).
También cabe destacar los Penedos de Traba (parroquia de Santiago de Traba), formaciones rocosas a las que la erosión ha dado formas caprichosas que a menudo recuerdan a gigantes o animales. El atardecer, las luces y las sombras dan a este bosque de piedra un aspecto fantástico y misterioso que fomenta la aparición de leyendas en torno a sus figuras. Hay quien cree que en este lugar los romanos tuvieron altares para sacrificios rituales.
