Todo el litoral que conforma la costa de la muerte, abrupto, rocoso y lleno de peligrosos bajos y acantilados, es testigo de numerosos naufragios, que se han cobrado multitud de vidas humanas, no siendo mayor esta cifra gracias a la generosidad y el heroísmo de las gentes de estas tierras, algunas de las cuales llegaron a poner en peligro sus vidas para salvar la de otros.
Debido a la gran cantidad de siniestros acaecidos (las estadísticas nos arrojan para un período de 100 años el triste saldo de 140 naufragios) surgieron las historias de los raqueros, versión local de los piratas marinos, que llegaban a provocar naufragios confundiendo a los barcos y haciéndoles embarrancar, consiguiendo preciados botines.
Aunque estos relatos obedecen más a la imaginación popular que a hechos reales.
En las costas de Fisterra acabaron su singladura navíos como el vapor Sunrise, el Monitor Captain, el mercante John Tenat, el destructor Blas de Lezo o más recientemente el Casón o el Prestige.
28/11/1596: 20 bajeles de la Flota Española.
07/09/1870: El acorazado inglés HMS Captain.
25/08/1878: El mercante inglés Bitten.
19/06/1882: El carguero inglés Zuñirse.
31/06/1903: Colisión entre el barco sueco Svtpord y el inglés Tang Castle.
01/06/1907: El carguero inglés Denewell.
12/06/1932: El barco de la armada española Blas de Lezo.
31/03/1951: O buque inglés Ulster Duke.
05/12/1987: El mercante Casón.
13/11/2002: El petrolero Prestige.