
La villa de Cee, en claro momento de desarrollo y expansión, se ha convertido en el centro natural de la comarca, suplantando en este sentido a la histórica Corcubión. Ha sabido además conservar el encanto de las antiguas casas de piedra, de las estrechas calles de irregular trazado con hermosos y bien cuidados callejones. Sobresale, como nota típica, el hecho de mantener en pie muchos hórreos de piedra, dentro del núcleo urbano, cuando normalmente este elemento constructivo sólo se da en ambiente rural.

La iglesia parroquial fue reedificada en el siglo XIX, pero conserva la capilla mayor y su bóveda de arco apuntado de la primitiva construcción ojival, de supervivencia gótica, del siglo XVI. La fachada principal y las dos torres se construyeron en 1878, según los planos del arquitecto Ramón Pereiro.

En medio del antiguo barrio de la villa, en el número 2 de la calle de la Magdalena, se encuentra el pazo de Cotón, en buen estado de conservación. La Casa de Cotón, fundada a principios del siglo XVIII por los Carantoña de Vimianzo, se vinculó más tarde con la Casa Grande de la Puebla del Caramiñal y con el marquesado de Villaverde de Limia, título de sus últimos dueños. El edificio, aunque de pequeñas proporciones, posee una sencilla armonía de líneas con una escalera :ateral de hermosa baranda, balcón y alta chimenea con graciosos remates.
En el vistoso escudo de la fachada, con la flor de lis de la Inquisición acolada, se descubre el pino y las lanzas de los Leis, los escaques de los Bermúdez de Castro, dos castillos de Pardiñas y Rioboo y, en escusón, los seis roeles de los Castro y los escaques de los Bermúdez de Castro.